París

Oh Là Là ... !

Todavía teníamos pendiente el viaje a Italia, pero como somos culos inquietos, aún no hemos hecho un viaje que ya estamos reservando otro. Por primera vez, íbamos a viajar con otras personas, pero estábamos entre Berlín y lo que nosotros proponíamos, que era ir a ver la capital francesa. 

Todos coincidimos en que la oferta más barata sería la elegida, y en mitad de una cena, tuvimos la suerte de ver que el vuelo desde Reus ( al lado de casa ) hasta París sólo costara 40 euros ida y vuelta, con maleta incluida. Ya sabéis, esos chollos típicos de Ryanair.


Cómo algunos ya sabéis, tuve un pequeño accidente en Venecia, pocos meses antes de viajar a París y tuvieron que operarme de la muñeca a mi regreso a España. Así que si me veis en todas las fotos parisinas con el brazo escayolado, no os asustéis. Nada en el mundo, ni siquiera cargar con todo el yeso durante una semana me iba a impedir a mi visitar la ciudad del amor. 


  • Consejos
    • Documentación: Basta con el DNI o pasaporte. No olvidéis tampoco llevar con vosotros la Tarjeta Sanitaria Europea, ante cualquier percance... Siempre insisto mucho en esto!
    • ¿Por libre o por agencia? : Obviamente, por libre ! Mucho más económico, con total libertad para visitar lugares a vuestro antojo y totalmente seguro.
    • ¿En que estación del año es mejor viajar? Os recomendaría la primavera - verano. El invierno es París es bastante duro, y además suele llover bastante! No solo eso, sino que veréis que es una ciudad más bien gris, así que os recomiendo viajar en una época adecuada para aprovechar mejor las horas de sol .
    • Alojamiento. No me preocuparía mucho del alojamiento, siempre y cuando tengáis una parada de metro cerca. Obviamente, hay precios para todos los gustos. Las zonas más turísticas tales como Campos Elíseos, Ópera, Louvre, etc. son caras. En mi opinión, no merece la pena pagar por estar en un hotel cercano a estos lugares ( a no ser que seáis ricos ) (nosotros no lo somos) básicamente porque para moveros de un punto a otro tendréis que utilizar el transporte público de todos modos. En nuestro caso, y como éramos más de dos nos salía mas a cuenta contratar un apartamento que costó 600 euros para los 4, para una estancia de 7 días y teniendo en cuenta lo cuco que era el apartamento, lo consideramos muy asequible. Nos alojamos en el III Distrito, un bonito barrio repleto de tiendas artesanales, y cerca del barrio judío.
    • Transporte. Tenéis un abanico de posibilidades entre autobuses, trenes, taxis y metro. Como rápido y sencillo y entendible, sin duda os recomendaría el metro. A diferencia de otras ciudades como Roma, dónde la linea de Metro es nefasta, en París llegaréis a todas partes con él. También encontraréis otros transportes secundarios como algunas líneas de tranvía e incluso un funicular que probablemente sólo usaréis para ir a Montmartre.
    • Aeropuertos de París. Os podéis volver locos con tanto aeropuerto en París! Aunque hay más, en la práctica oiréis hablar básicamente de tres aeropuertos que de más cercano a más lejano son
      • Charles de Gaulle
      • Orly
      • Beauvais, a la que suele llegar Ryanair
    • Precios: En Francia se usa el euro y los precios son ligeramente más altos que aquí en España.Podéis ahorrar adquiriendo, como en casi todas las grandes ciudades alguna de las tarjetas turísticas que existen. En primer lugar está la París Museum que os permitirá ir a todos los museos y parte de los monumentos desde 39 € (depende de cuántos días hagáis uso de ella) aunque también podéis comprar la Paris Pass que incluye monumentos, museos y transporte público y cuyo precio mínimo es de 110 euros. En mi caso, me podía acoger a gran parte de las tarifas para jóvenes cuando viajé a París, y por ello no me salia a cuenta ninguna de las dos. Por otro lado, existen Bonos de tickets para el transporte público que sí merecen la pena porque vais a usarlos muchísimo.


  •  Lunes, 10 de octubre de 2011
Salimos a mediodía, y dos horas después, cerca de las tres aterrizábamos en Beauvais. Como siempre, ningún problema para movernos del aeropuerto al centro de la ciudad, y tan pronto salimos por la puerta, encontramos un autobús reclutando gente para llegar al corazón de la ciudad parisina.

Vale, momento de hablar sobre el transporte.

Si venís de Beauvais, el autobús os llevará directo a Porte Maillot, en el centro de París. Porte Maillot no es sólo un palacio de congresos, sino que además es un magnífico punto de encuentro ya que a mano izquierda desde donde os deja el autobús, bajaréis unas escaleras que os darán acceso a la línea 1 de Metro.

Si vais a ir a Beauvais usando el mismo transporte, debéis partir también de Porte Maillot. Pero como los autobuses para ir al aeropuerto se llenan tanto, os recomiendo encarecidamente que os curéis en salud, y compréis de antemano el billete por Internet. El precio ronda los 15 €. Puede parecer caro, pero hay que tener en cuenta que de Beauvais a París hay algo más de una hora de camino!

Total, que de ahí tomamos un Metro hacia el III Distrito donde estábamos alojados. Cómo os he dicho, es igual dónde estéis, siempre que tengáis cerca una boca de Metro. 

El apartamento era muy cuco, con dos plantas y suficientemente grande para los cuatro. Como somos pobres, aprovechamos la tarde para ir al supermercado, comprar comida para desayunar y para hacer alguna que otra cena. De ésta forma, íbamos a ahorrar considerablemente.

Estábamos tan agotados entre ir a buscar las llaves del apartamento y la compra, que nos quedamos sin salir, reponiendo fuerzas para el día siguiente. 


  •  Martes, 11 de octubre de 2011

Madrugamos mucho. Teníamos clara la visita de hoy puesto que todos habíamos acordado que Montmartre sería una visita obligatoria.

Montmartre es un precioso barrio parisino situado en una colina de la capital y que por nada del mundo podéis perderos. Probablemente, si tuviera sólo un día para ver París, elegiría Montmartre y la Torre Eiffel. 

Montmartre no sólo es un mirador fantástico, sino que en él se halla la mágica Plaza du Tertre, o más coloquialmente, la plaza de los pintores. Para mi gusto, éste es el lugar más romántico y con más encanto de toda la ciudad. 

Se trata de una plaza muy cuca, repleta de artistas que pintan cuadros y retratos a los turistas. Es un ambiente totalmente bohemio. Vamos, el típico lugar en el que a las mujeres nos gustaría fotografiarnos con la típica boina parisina.

Además, la plaza está rodeada de cafeterías muy bonitas, entre ellas, el Café Deux Moulins, más conocido por ser la cafetería dónde se rodaron algunas escenas de la película Amelie


Alrededores de Montmartre


Pero quizá lo más característico de Montmartre sea la Basílica de Sagrat Coeur, en lo alto de la colina y de imponentes dimensiones. Una no entiende tanto de arquitectura como quisiera para poder entender el valor de esta obra religiosa. 


Sagrat Coeur
Lo mejor: la entrada es gratuita. Si bien, hay que pagar para subir a la cúpula, cosa que no recomiendo, ya que como explicarán las líneas más abajo escritas, existe un mirador gratuito y excelente que pocos turistas conocen, en el corazón de París.

Para llegar a Montmartre, podéis hacerlo a pie o en funicular. En nuestro caso, lo hicimos a pie y no os quiero mentir: subir cansa. ¡Pero es totalmente aconsejable! Por el camino veréis casas curiosas y pinturas callejeras que no tienen desperdicio.

Si os decantáis por el funicular, basta con un ticket como el del Metro, y podéis tomarlo en la boca de Metro de Anvers.


De camino a Montmartre

De camino a Montmartre


Por favor, dedicad una buena mañana a Montmartre y a sus alrededores. Podéis aprovechar aquí para comprar algunas cosas en las tiendas de souvenires que rodean la plaza.


Plaza de los pintores

En fin, que a mediodía, empezamos a descender la colina, dejándonos perder por el primer camino que pillamos. Comimos en un restaurante dónde servían menús asequibles y que estaba a medio camino, y viendo que ya prácticamente estábamos en el barrio rojo (porque las tiendas de sexo así lo ponían de manifiesto), empezamos a buscar el emblemático Moulin Rouge.

Vale, no sólo por las tiendas de sexo. Sino que por el camino, encontramos otro molino, algo que tomamos como una "señal". Posteriormente supimos que se trataba del restaurante Le Moulin de la Galette. ¡No caigáis en la confusión!




Moulin Rouge



Perdón por la foto con los coches al fondo. La ciudad está tan plagada de turistas y de gente en general, que deberíamos parar el mundo para tomar una foto medio decente. 

En fin, que el colorido del que probablemente sea el cabaret más famoso de París, era espectacular. Nos conformamos con verlo desde fuera y tomar algunas fotos. Si queréis asistir a alguno de sus show, debéis saber que la entrada ronda los 100 euros, aunque si no me equivoco, la botella de champagne está incluida en el precio. Si os lo podéis permitir, no dudéis en ver alguno de los espectáculos.

En nuestro caso, contemplamos el Moulin Rouge desde el Starbucks que hay justo delante. Fue mi primera vez en un Starbucks.

Gran parte de la calle está dedicada al sexo. Como nos picaba la curiosidad, acabamos entrando en el Musee de l Erotisme. A ver, no os vais a perder nada si no entráis al Museo, ya que además el precio de la entrada,que es de 10 euros ( 7 por persona si sois dos) es una cantidad considerable teniendo en cuenta lo que es el Museo. Para hacer la gracia, y tirar unas fotos haciendo el "gili", vale la pena. Como íbamos bien de tiempo, y estamos un poco pervertidos, entramos.



En el museo erótico

Para encontrarlo, debéis andar pocos metros desde el Moulin Rouge (hacia la izquierda), y sin cambiar de acerca. 

Estábamos llegando a media tarde y hacía un frío considerable fuera del Museo erótico. Recuerdo que paseábamos por las calles, y veíamos como algunos padres caminaban por ellas con sus hijos recién salidos del colegio. Todos tan bien vestidos, con abrigos impolutos, guantes y gorro. Lo mismo con las mujeres a las que se sumaba un bolso de marca cuyo precio no quería ni imaginar. Realmente, hay muchísimo glamour en esta ciudad. Por favor,¡no vayáis por la calle en plan mochila y bocadillo de chorizo porque llamaréis mucho la atención!

En fin, que paramos en un bar cercano a tomar algo, pero a pesar del frío, y como españoles del noreste, en vez de tomar un café calentito, nos pedimos un mojito. Quiero hacer una puntualización para comentaros algo curioso sobre las terrazas parisinas. Por algún motivo extraño, las sillas, en vez de rodear las mesas, se sitúan mirando todas a la calle. Vamos, como si fuera un cine y los peatones fueran parte de la película. Es igual que vayas con un grupo de gente, no hay mesas en las terrazas para sentarte uno delante de otro. Por el contrario, se sientan uno al lado del otro, mirando todos hacia la calle.

En fin, que tomamos un mojito, y corrimos calle abajo porque habíamos hecho un sinpa en toda regla. Por casualidad, llegamos a un centro comercial enorme. Y la majestuosidad del centro comercial más increíble que he visto en mi vida, no daba lugar a dudas: estábamos en las Galerías Lafayette.

Cúpula Galería Lafayette



Galerías Lafayette
Para que os hagáis a la idea, viene a ser como un Corte Inglés español. Todo marcas, con una gran variedad de ropa, perfumes y maquillajes. El precio, más o menos como aquí. Pero hay algo que lo diferencia considerablemente de cualquier centro comercial convencional: está declarado como monumento histórico.

Obviamente, aunque no vayáis a comprar nada, sois totalmente libres para entrar y pasearos por todas sus plantas. Realmente, no tienen desperdicio. Las vitrinas son de estilo neo bizantino, pero lo mejor es alzar la vista y contemplar la gigantesca cúpula que tanto nos asombró a nosotros.

En aquel momento quise no ser tan pobre y vivir por encima de mis posibilidades. Así que compré un perfume para mí, y otro para mi madre.


Galerías Lafayette

Empezamos a subir plantas como para curiosear, y por casualidad llegamos a la última. ¿Recordáis que antes os he dicho que había un mirador fantástico y gratuito en el centro de París? Pues bienvenidos al mirador de las Galerías Lafayette.

Me enamoró mucho aquel rincón que poca gente debía conocer porque no estaba masificado. Más que un mirador, parecía una terraza panorámica desde donde poder ver tanto Sacrat Coeur como la Torre Eiffel. Hace poco encontré un comentario por Internet muy acertado sobre este lugar : Si no quieres comprar en Lafayette, por lo menos regálate éstas vistas.


Óscar en el mirador de Galerías Lafayette

Este lugar me gustó tanto, que meses después, en mi siguiente visita a la ciudad, fue casi el primer sitio al que quise llevar a mi madre. En fin, que como a los hombres ya se les estaba torciendo el morro entre tanta ropa y bolso, y presionadas por los vigilantes que ya estaban prácticamente cerrando el local, nos pusimos de nuevo la cazadora y los guantes, y nos enfrentamos al frío de la noche parisina.

Nos dejamos perder por las calles del París ya oscurecido. No nos importaba porque sabíamos que en cualquier momento podríamos tomar cualquier metro para volver al apartamento. Anduvimos sin rumbo, y casi sin quererlo encontramos una plaza cautivadora rodeada por un Palacio de longitud considerable. 

Entramos a la plaza y nos quedamos maravillados con lo que había en medio de ella: una pirámide. Efectivamente, estábamos en el Museo del Louvre. Esto es lo que tiene París. Que vas caminando y tan pronto te encuentras con un museo, una maravillosa plaza o la misma Torre Eiffel.

Puesto que ya estaba cerrado, nos limitamos a ver sus exteriores. El Palacio es espectacularmente grande (19 hectáreas) y no es de extrañar : es el museo más visitado del planeta.


Louvre
Notre Dame
Sólo dos apuntes en lo que a la pirámide atañe. Tras su inauguración en el año 1989 se generó una polémica considerable, porque su estilo moderno chocaba demasiado con la fachada tradicional del Palacio. Y por otro lado, ¿sabíais que es una copia de la Gran Pirámide de Egipto (la de Keops) a una escala menor?. Con la única diferencia de que la construcción francesa es de cristal. 

Aquella noche, desde luego dimos un rodeo considerable. Acabamos pasando por la bella catedral de Notre Dame, donde tiramos unas cuantas fotos y admiramos las escalofriantes gárgolas asomando la cabeza sobre el río Sena. 

A parte de dos mendigos, el pequeño jardín a las puertas de la catedral estaba desierto, y prácticamente la teníamos para nosotros cuatro.

Nos tiramos unas cuantas fotos, hasta que de repente, empezamos a ver multitud de ratas saliendo del mismo jardín. ¡Qué asco! ¡Qué horror! Salimos de allí por patas, convencidos de que el día ya había cundido demasiado.


  • Miércoles, 12 de octubre de 2011
Mientras en España se celebraba el día de la Hispanidad, en París el día transcurría como otra jornada de trabajo. Por nuestra parte, madrugamos, desayunamos juntitos y en vez de tomar el metro decidimos caminar un poquito por si veíamos algo interés. Aunque en mi opinión, casi todas las calles parisinas tienen algo de interés.

La noche anterior habíamos vuelto a casa con una espinita clavada, así que teníamos clara la visita de hoy: ¡íbamos a entrar al Museo del Louvre!

Y tal y como os he dicho, encontramos cosas curiosas como la de la foto que veis más arriba.

Os aconsejo encarecidamente ir paseando hasta el Louvre. ¿Por qué? Porque hasta el museo llega un hermoso parque llamado los Jardines de las Tullerías, con sus fuentes y esculturas que son muy turísticos y que datan del siglo XVI.



Por otro lado, si sois de esos a los que para andar debéis pedirle antes permiso a los pies, podéis llegar en Metro con las líneas 1 y 7.

A lo que iba, que llegamos al Museo (que por cierto vale 12 €, aunque yo era joven todavía y pude entrar sin pagar) y tuvimos que hacer una cola considerable. La espera valió la pena, porque esta visita es obligatoria aunque no seáis de ir a museos.

Quizá la obra más famosa sea la Gioconda, pero la verdad es que es un cuadro diminuto, fuertemente protegido por cristales y rodeado de japoneses que dificultan poderlo observar un ratito. En especial, debéis ver la Venus de Milo, el cuadro de la Libertad guiando al pueblo, la escultura de Psique y como no, os recomiendo admirar todo el arte egipcio que contiene. No entiendo de arte tanto como quisiera, pero me acordé de que había estudiado estas obras durante el Bachillerato y me hizo mucha ilusión poderlas ver en persona.





Por cierto, que también os gustara el patio exterior que hay en la entrada, repleto de esculturas!




Estuvimos casi toda la mañana en el Louvre y mientras los chicos esperaron en la plaza, nosotras fuimos a buscar la oficina de turismo más cercana, que por cierto estaba en el quinto pino. Como íbamos en plan cutre, entramos en un supermercado para comprar unos bocadillos frescos, y nos lo comimos contemplando el Palacio del Louvre.

Podíamos observar la Torre Eiffel desde el Museo, y de hecho, casi podíamos ir andando si no fuera por la lluvia. Así que tomamos un autobús que nos dejó prácticamente a sus pies. Todavía no había anochecido, pero el símbolo de París ya estaba perfectamente iluminado.





Torre Eiffel


Interior de la Torre
Como ya sabéis soy claustrofóbica, así que por nada del mundo quería tomar el ascensor para subir a la Torre. En consecuencia, hice subir a los demás a pie conmigo, y empezamos a subir escaleras exhaustos (en especial yo, porque cargaba con mi yeso).

Subir a la Torre es toda una experiencia, y como no, es de visita obligatoria. Independientemente de que seáis o no claustrofóbicos, es mejor subir a pie. Aquél día hacía frío y viento y la torre se movía ligeramente hacia los lados. La sensación es única. Eso sí, debéis prepararos y mentalizaros porque tiene más de 1600 escalones!. Como ventaja, existen dos primeros pisos en los que podéis parar a descansar y si queréis y si sois ricos, también podéis comer. Acabó de anochecer estando nosotros en el interior de la Torre, así que las vistas eran fantásticas!

Maravillada por el monumento, me preguntaba acerca de la controversia que generó la Torre durante su construcción (sí, al igual que la polémica pirámide del Louvre). Resulta que a los parisinos les pareció tan tremendamente fea que hasta se plantearon derribarla. Más de cien años después, resulta que es la atracción más visitada del mundo.


En el interior de la Torre

A la tercera planta sólo se puede acceder en ascensor. Como yo no podía, me quedé en la segunda esperando por ellos (que sí lo hicieron). Finalmente, tomamos de nuevo las escaleras, y bajamos esquivando a otros turistas que se habían parado en ellas para descansar.

En cuanto a precios, la entrada oscila de los 5 a los 15 €, dependiendo del piso hasta el que queráis llegar y dependiendo también de si vais a subir en ascensor o vais a tomar las escaleras. (el ascensor es más caro).

Aconsejados por Laura, quién ya había estado de paso por la capital francesa, comimos una crepe que estaba de vicio. Así que éste es mi consejo también: Por dios! Comeros una Crepe en el chiringuito que hay a pocos metros de la Torre en dirección al río. Podéis elegir dulces o saladas y realmente están exquisitas. 

Mientras, admiramos la Torre desde abajo ya que cada hora realiza un espectáculo de luces azules y blancas realmente mágico.

Y con la barriguita llena, nos dirigimos a la Plaza Trocadero.

Quiero hacer un paréntesis. En mi segunda visita a París a la que me acompañaron mi madre y mis tías, hicimos bien de tirarnos las fotos desde esta plaza. Sin duda, las mejores vistas de la Torre! Lo bonito es llegar en Metro a la Plaza, y encontrarse de golpe con la monumental Torre Eiffel detrás de ella. Por favor, no hagáis como nosotros que fuimos por el otro lado y la cagamos.

Y para que así conste, aquí os dejo la foto de las vistas desde Trocadero.


la Torre desde la Plaza de Trocadero

Y como la lluvia continuaba y el frío no cesaba, tuvimos que volver prontito al apartamento.


  • Jueves, 13 de octubre de 2011
Hoy íbamos a separarnos. David y Laura decidieron alquilar una bicicleta y recorrer alguno de los parques.


¡Nos vamos al Museo!


Por nuestra parte, y como yo había dado bastante por saco con que quería ver un Concorde, visitamos un museo espectacular.

En el Museo Aeroespacial
Tuvimos que tomar un autobús (línea 350) hasta la Garé de l'Est para llegar hasta al aeropuerto de Le Bourget, dónde se encuentra el Museo del Aire y del Espacio. Cómo todo tiene algo característico en París, el museo no podía ser menos, y éste se lleva al premio al Museo Aeronáutico más antiguo del mundo.

La entrada era por entonces relativamente barata y si no recuerdo mal, por 10 € pudimos entrar los dos. El museo no está nada mal si os gustan estas cosas ya que hay expuestos todo tipo de objetos voladores. En especial, os recomiendo todo lo relativo a naves aeroespaciales y la sala de las maquetas!!



En la Sala de las maquetas
Si no os gustan los aviones, podéis pasar a los párrafos posteriores, porque a mi me chiflan y necesito explayarme un poquito!

En fin, que el Museo es básicamente conocido por tener un Boeing 747 desmontado al que podéis subir y sobretodo por el Concorde.



Motores Jumbo



Jumbo


Jumbo


Dentro del Concorde



Tren de aterrizaje del Concorde
Lo del Concorde es sensacional teniendo en cuenta que solamente hay 13 en todo el mundo. Como muchos sabéis, el Concorde fue un avión supersónico de pasajeros que llegó a volar al doble de la velocidad del sonido. En poco más de tres horas, era capaz de cruzar el charco.

Cuando entré al hangar dónde yacía el Concorde se me saltaron las lágrimas. Allí estaba, tan blanco (por eso le llamaban pájaro blanco), tan majestuoso y tan elegante. Propio de los franceses, aunque los ingleses también tomaron parte en su construcción.


Es una lástima que en la actualidad no esté operativo. Después del trágico accidente en el aeropuerto de Charles de Gaulle, dejó de ser objeto de admiración de muchos. Esto, sumado al coste que suponía despegarlo, así como el impacto medioambiental negativo, dio lugar a la consideración de que el Pájaro Blanco ya no era rentable, y se decidió retirarlo.




Dentro del Concorde


Pasé muchísimo rato dentro del avión. Tanto, que hasta una mujer vigilante entró al parecerle extraño que no saliéramos. Me tiré mucho rato abriendo y cerrando los compartimentos, asomándome por la ventanilla e imaginando lo que hubiera sido viajar dentro de él (un poco extraño y claustrofóbico para mi gusto).

Fue una de las mejores experiencias que me llevé de este viaje, a la espera de poder hacer un viaje un día al Museo en Sinsheim (Alemania), dónde no sólo se expone otro de los Concordes, sino su réplica rusa Concordsky.

Notre Dame
Repleta de souvenires, tomé junto a Oscar el autobús para volver al centro de París. Habíamos quedado con David y Laura para nuestra siguiente visita : La Catedral de Notre Dame.

La habíamos visto de noche, con las ratas incluidas, pero de día parecía otra cosa. Eso sí, la pequeña plaza de su entrada estaba repleta de turistas que hacían poco soportable la espera.

Os llamará la atención la fachada gótica, así como sus gárgolas que ponen a uno los pelos de punta. Aún si no habéis estado nunca en París, seguramente reconoceríais la Catedral en fotos, pero de todos modos, uno consigue fascinarse al verla en persona.

Probablemente, me gustó más el interior que el exterior. Desde luego, las vidrieras de colores son totalmente dignas de ver. Como no soy muy fanática de las Iglesias, estuvimos lo justo dentro para dar la vuelta alrededor de ella, y firmar nuestros nombres en el libro de visitas.


En el interior de Notre Dame


Debéis saber que la entrada es gratis, aunque cuesta 12 € subir a la Torre. Para perezosos : podéis llegar en Metro hasta Cité.

Si algo tiene bueno la Notre Dame es su privilegiada localización a unos cuantos pasos del Barrio Latino. Por supuesto, no íbamos a desaprovechar la ocasión de cenar en él, y de paso, comprar algunos souvenires.


  • Viernes, 14 de octubre de 2011
Madrugamos y tomamos el Metro hasta la parada Ledru. Hoy queríamos visitar un mercadillo y nos decantamos por el Marche d'Aligre.

Moras del Mercadillo
Hay muchos mercadillos en la ciudad, especialmente en fin de semana. Los hay aquellos en los que sólo podéis encontrar fruta, o los hay que tienen ropa. Quizás el más completo sea el Mercado de las Pulgas, pero como éste sólo está abierto en sábado-domingo-lunes, tiramos para el Marche d'Aligre, dónde encontraríamos comida y cositas de segunda mano entre algunas antigüedades.

Ver un mercadillo es sólo una forma de ver el ambiente parisino de buena mañana. Si vais con poco tiempo, dedicadlo a otra cosa. Vamos, que ésta no es una visita obligatoria.

Estuvimos cerca de dos horas paseando, hasta que finalmente decidimos cambiar nuestro rumbo. Con el metro como medio habitual de transporte, llegamos hasta la parada Charles de Gaulle y subimos entusiasmados las escaleras con ganas de ver lo que nos esperaba al otro lado. Y ahí estaba, justo sobre nuestras cabezas y en medio de una rotonda de bastantes carriles, imposible de cruzar, el Arco de Triunfo.

Si os gusta la historia os gustará mucho esta visita. Más que nada porque en todas las paredes del Arco están grabados los nombres de las ciudades derrotadas por Napoleón (y había muchísimas españolas!).


Arco de Triunfo


Quizá también os llame la atención la tumba del soldado desconocido, junto a la que hay una llama siempre encendida, y por último el mirador. Nosotros no subimos porque pensamos que no valdría mucho la pena, de todas formas, el precio es de 9,50 €.

Continuamos nuestra ruta por los Campos Elíseos. Así, el Arco de Triunfo es como el inicio de los Campos Elíseos que vienen a ser como las Ramblas de Barcelona, con tiendas y restaurantes de lujo a cada lado.

Los Campos Elíseos deben tener como dos Km de largo, así que estirad las piernas antes. Obviamente, no iba a comprarme nada, pero eso no me impidió recorrérmelos dos veces por eso de codearme con gente rica aunque me miraran mal al entrar en una tienda de firma. Vamos, que no hay nada asequible aquí, pero que si os gusta algo la moda y queréis pasar un buen rato, hay que verlos!


Sandalias asequibles

Atención a aquellos que os gustan los coches. Para vosotros, esto es visita obligatoria, porque en los Campos Elíseos también se alzan algunas casas de coche que más bien parecen museos de entrada gratuita, en los que podréis ver multitud de coches extraños y algunos prototipos. En especial, las más chulas son las de Peugeot y las de Mercedes. ¡Es todo un espectáculo!


Mercedes

Y bueno, como somos pobres y no íbamos a comer en un restaurante de lujo, nos metimos en un McDonalds. Lo bueno de estas cadenas es que están en cualquier parte e incluso entre el lujo de los Campos Elíseos.

Continuamos nuestro paseo hasta meternos por alguna callejuela paralela a Champs-Élysées. Casi por casualidad nos encontramos con una iglesia preciosa, que me recordaba al Partenón Griego. La iglesia estaba cerrada, pero su columnata de 20 metros era digna de fotografiar. Abrí el mapa y me percaté que por casualidad habíamos llegado a un lugar que no teníamos previsto ver (cosas que ocurren en París): La Madeleine. Si por casualidad váis a ver los Campos Elíseos, no dudéis en desviaros un poco para verla. Si llegáis antes de su cierre a las 19 h, os recomiendo entrar ya que además es gratis.


La Madeleine

David y Laura se habían ido a pasear por los jardines de Tullerías, mientras nosotros nos pateamos gran parte de las tiendas. Dos horas después nos encontramos al otro de los Campos Elíseos: la Plaza de la Concordia.

Esta plaza tiene un significado muy importante para mí. Y no es sólo la belleza de la fuente. En ella se alza un obelisco egipcio proveniente de Luxor. En el post de Egipto os he hablado por encima sobre quién fue Mohammed Ali, quién decidió regalar el obelisco a Francia. 


Obelisco

La plaza fue también famosa porque durante la Revolución Francesa se instauró una guillotina, y se ejecutaban a la gente ahí en medio. Algo así rollo, es domingo por la tarde, vamos a la Plaza a ver alguna ejecución.

Aquí fue guillotinada Maria Antonieta (de la que sabréis más cosas si visitáis la Consergerie), así como Luis XVI, rey de Francia. En mi post sobre Viena,también podéis saber por encima quién fue Maria Antonieta (no soy wikipedia, así que sólo lo básico). 

Y bueno, allí nos encontramos con David y Laura que habian dado su particular paseo por los jardines, y nos pusimos en marcha. Callejeamos un poco y acabamos en el apartamento dónde cenaríamos en tranquilidad y guardaríamos fuerzas para el día siguiente.


En el apartamento


Sábado, 15 de octubre de 2011

Como hacía buen día y por fin había salido el Sol, fuimos caminando a ver el Ayuntamiento. El Ayuntamiento u Hôtel de Ville es tan monumental, que merece una visita. 

Ésta obra arquitectónica es una maravilla y viene siendo sede del Ayuntamiento desde el Siglo XIV, aunque ha sido reconstruido debido a un incendio que lo redujo a cenizas en el año 1871. Lo más destacable, sin duda, es la fachada dónde se recuerda en sus columnas y esculturas a varios hombres ilustres franceses tales como Voltaire o Rousseau.

Ayuntamiento



Es posible visitar el interior, aunque es un poco difícil puesto que hay que pedir hora con algo de antelación (más de una semana)  llamando al +33 (0)1 42 76 43 43. Las visitas son escasas y se limitan a una o dos a la semana. Además, son en francés.


La plaza que la rodea, lleva el mismo nombre que el Ayuntamiento. Si vais a visitarla, tened en cuenta que está bastante concurrida. Debéis tener cuidado con los carteristas.

Nosotros no entramos. Nos conformamos con verla desde fuera, ya que teníamos una visita pendiente, que francamente, no nos defraudaría.


Les invalides fue nuestra siguiente visita. Es un espectacular museo, que data del Siglo XVII y que sirvió para dar cobijo a los soldados inválidos que venían de la guerra. En la actualidad, además de servir como Templo religioso, es conocido por ser el lugar dónde Napoleón está enterrado, así como su hijo y su hermano.

Por ello, es una visita obligatoria.

Os encantará todo lo relativo a las armas y cañones, vestimentas de soldados, información sobre la Guerra Mundial y algunas de las cien curiosidades que contiene Las Invalidas.





Para llegar, lo podéis hacer en bus o también en Metro (línea 8 y 13), aunque como siempre, os aconsejo dar un paseito para poder contemplar los imponentes puentes que dan acceso a él.



Las Inválidas

Las Invalidas

Y como ya os he dicho, la entrada que cuesta 9 € os dará acceso a la sala contigua, que es la Iglesia del Domo, dónde se guarda el sarcófago de Napoleón



Sarcófago de Napoleon
En resumen, os tenéis que quedar con que Les Invalides está compuesta de :
  • Museo del ejército y patio de armas
  • Iglesia del Domo, tumba de Napoleón
  • Catedral Saint Louis des Invalides
  • Museo de Guerras Mundiales (me encantó!)
Y podéis visitar todos los espacios con la misma entrada, hasta las 17 o 18 horas más o menos. Los lunes cierran.

Todavía nos quedaba toda la tarde por delante. Como somos gente de costumbre, quisimos volver a comer al barrio latino, y nos volvimos locos para buscar un metro que nos llevara, pero finalmente aparecimos en ese rincón de dónde ya eramos asiduos.


Y a pesar de ese frío que caracteriza París, todavía teníamos una deuda pendiente, puesto que los días pasaban y había que aprovechar el tiempo. A los pies de la Torre Eiffel hicimos una espera de media hora, con los pies, manos y nariz congelados, aunque apenas importaba. Nos íbamos de crucero por el Sena!


El crucero, de una duración aproximada de una hora, cuesta a partir de 10 €. Lo sé, pero nadie dijo que París fuera una ciudad barata. No considero que sea una visita obligatoria, puesto que vais a ver más de lo que ya habéis visto, pero sí que es cierto que el paseo es bonito y os lo recomiendo, y no sólo por su romanticismo.

La visita es comentada en varios idiomas, y pasaréis cerca de algunos monumentos tales como la Torre Eiffel, o la Catedral de Notre Dame. Como novedad para nosotros, vimos el puente dónde Lady Di se accidentó.


De paseo por el Sena

Acabamos el día congelados, tanto que volvimos al calor del apartamento.


  • Domingo, 16 de octubre de 2011
Nos esperaba un día bastante relajado por delante. El ritmo frenético de los días anteriores, y en especial, el frío, nos dejó exhaustos.

Decidimos que hoy no haríamos ninguna excursión, ni ninguna visita cultural. Hoy iba a ser el día de dejarse perder por la ciudad, dejar las cámaras en casa, y poder disfrutar de unas cuantas cervezas en un bar tras otro. 

A veces, los bloggeros también necesitamos no embriagarnos de información, y simplemente desconectar.

Sí es cierto que todavía teníamos una espinita clavada, y por ello tomamos un Metro hasta el barrio de Montparnasse.

El barrio, típico de trabajadores y de oficinas, no tenía ningún atractivo turístico. Por lo tanto, para mí no es una visita obligatoria.

No obstante, sí que es digna de ver la magnífica Torre de Montparnasse, todo un monumental edificio que data de los años 70, compuesto de oficinas, y que mide nada más y nada menos que 210 metros.

Debéis saber que por 13 € podéis tomar uno de los ascensores, y subir a su magnífico mirador.

Otro atractivo de este barrio, es el famoso Cementerio de Montparnasse. Resulta raro ir a hacer turismo a un cementerio, pero hasta estos lugares tienen encanto en París. Para llegar aquí debéis tomar la linea 6 del Metro, y bajar en la Estación Edgar Quinet. 

Éste es el segundo cementerio más grande París, famoso por albergar la tumba de numerosos escritores y filósofos. 

Sin embargo, no sólo por su magnitud, creo que éste cementerio está claramente desbancado por el Cementerio de Pere Lachaise, conocido por ser el lugar dónde se enterraron algunos personajes famosos, quizás más conocidos para nosotros como Honoré de Balzac, María Callas o el mismísimo Jim Morrisson.

Nuestro paseo prosiguió sin más sin ningún objetivo y todavía no sé como llegamos al conocido Centro Pompidou. Éste es el nombre del Centro Nacional de Arte y Cultura con una biblioteca y numerosas exhibiciones anuales.

Dudo que paséis por delante y no los reconozcáis. Tal vez algunos le tengan cariño, pero para mi gusto, la fachada de este edificio es terriblemente fea y recuerda a un edificio en obras.


Centro Pompidou

Si que me gustó su entorno urbano. El barrio es muy bonito, con una enorme fuente que deleita la vista de todo el que pasa por su lado. Del agua, emergen corazones, labios y animalitos a cada cual más raro. Arte extraño, pero curioso.

Y en cuanto al ambiente, merece la pena. Existen numerosos bares alrededor de Pompidou, y hay muchísima gente joven.


Plaza de la Bastilla
Este lugar y la Plaza de la Bastilla fueron en mi opinión los más concurridos. Efectivamente también fuimos a parar a esta plaza, lugar simbólico de la ciudad francesa y que cuenta con mucha historia tras ella. Así, la Bastilla fue testigo de revoluciones y ejecuciones en los años 80. Incluso hoy en día, esta Plaza mantiene su carácter de destino de manifestantes, aunque en la actualidad sólo queda en ella la Columna de Julio, que data del siglo XIX.


Salir por la tarde de bares por París, tampoco tiene desperdicio. Vayáis dónde vayáis, siempre hay ambiente y el frío parece no ser un límite para los parisinos. ¿Quién dijo que los franceses son serios?


De copas por París


  • Lunes, 17 de octubre de 2011
Se cumplía una semana desde nuestra llegada a la capital francesa. Y hoy era el día de las despedidas. 

Creo que una semana es más que suficiente para visitar París y poder disfrutar tanto del día como de la noche.

La ventaja es que el vuelo no salía hasta la noche, así que teníamos que planificar qué íbamos a hacer por la mañana. Finalmente, y a pesar de que mucha gente nos los había desaconsejado, decidimos visitar la Consergerie.

Contra todo pronóstico este lugar me fascinó. Lo sé, tengo el don de ir a contracorriente o quizás es que, a pesar de los años, cualquier cosa me fascina.

A las orilla del Sena, en la Isla de la Cité, este edificio no pasa desapercibido. Pasó de ser un palacio, a convertirse en una prisión.  El hecho de que fuera una cárcel, pasaría probablemente desapercibida en la actualidad, sino fuera porque (como ya os avancé en mi post sobre Viena) aquí fue encarcelada María Antonieta.

Debemos retroceder más de 200 años atrás. La revolución del pueblo, que pasa hambre, llega hasta la familia real. Su marido, Luis XVI, Rey de Francia, es ejecutado en la Plaza de la Revolución en el año 1793.

Su mujer no iba a correr mejor suerte. En el mismo año, es llevada a esta prisión, donde reside en una celda pequeña, aunque como veréis la más grande y cómoda de todas las que hay a su alrededor. 

Después del juicio, se la condena a la pena capital. Pero como bien podréis leer en la información que os darán en la Concergerie, goza de tiempo la noche antes de su muerte para escribir una carta a su cuñada, explicándole que va a reunirse con su hermano, el rey Luis XVI.

La Concergerie


Finalmente, a la mañana siguiente, es trasladada en carro hasta la Plaza, dónde fue guillotinada. Su cabeza, se enterró sus piernas.

Este hecho, desataría la guerra entre Francia y Austria, país natal de Maria Antonieta.

Y ésta es la historia, muy resumida, por la que hoy es famosa la Concergerie. Sin embargo, más allá de este drama, el interior del edificio como tal merece una visita en mi opinión. Os recuerdo que antes de servir de prisión, fue un Palacio, y sirvió de Residencia Real desde los tiempos de los romanos. 

Se me olvidaba! Podéis visitarla por 8,5 €, todos los días hasta las 18h.

La Conciergerie me había dejado un sabor agridulce. La historia es lo que tiene. De todos modos, me sentía satisfecha por irme con la sensación de haber aprovechado todo en cuanto pudimos durante nuestra estancia.

Lo peor, como todos los viajes, está por llegar. Uno no sabe como afrontar ese momento en que debes hacer la maleta, esta vez para volver, devolver las llaves del apartamento y tomar el transporte público hasta llegar al aeropuerto. Por no decir el tiempo que uno sabe que debe tener que esperar en él. 


Hay destinos que bastan para verlos una vez en esta vida. Pero la película de Casablanca tenía razón al decir eso de "siempre nos quedará París". Efectivamente, dos años después estaba de vuelta y siempre quedará en mi lista de lugares preferidos a los que acudir para dar unas notas de romanticismo a mi vida.


1 comentario:

  1. pre nos quedará París". Efectivamente, dos años después estaba de vuelta y siempre quedará en mi lista de lugares preferidos a los que acudir para dar unas notas de romanticismo a mi vid https://la-voz.net/cultura-chancay/

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